Bendición de olios y promesas sacerdotales, en la Misa Crismal

Los curas de la Archidiócesis renovaron sus promesas sacerdotales y aquellos que celebran las bodas de oro y plata como sacerdotes y diáconos fueron obsequiados por el Cardenal Sistach

La Catedral de Barcelona acogió, como cada Martes Santo, la Misa Crismal. Las ánforas que contenían los tres aceites -el de los enfermos, el de los catecúmenos y el santo Crisma- reposaban en el corazón de la Catedral, mientras los sacerdotes diocesanos iban ocupando sus lugares. La procesión de entrada daba inicio a la celebración, que estuvo presidida por el Cardenal Sistach. Entre los concelebrantes también se encontraba el obispo auxiliar de Barcelona, ​​Mons. Sebastià Taltavull.

Olor a oveja

Después de la liturgia de la palabra, el Cardenal Sistach pronunció su homilía, en la que quiso destacar el papel del ministerio, pidiendo que estén al lado y que acompañen al pueblo, oliendo a oveja para servirlos. Y recordó un fragmento que sintetiza este deseo del Papa Francisco.

«Sueño una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en una vía adecuada para la evangelización del mundo actual» (N.27) . La clave de este programa es la dinámica misionera de toda la pastoral diocesana para poder anunciar a todos a Jesús y su Evangelio», citó.

Promesas sacerdotales

Los sacerdotes presentes respondieron, al unísono, «si quiero», a las preguntas de renovación de las promesas sacerdotales. Posteriormente, el pueblo fiel rogó por los sacerdotes de la archidiócesis y por el Cardenal, para que sea fiel al oficio apostólico.

Entre seis diáconos tomaron las tres ánforas de aceites y las trasladaron al altar. Después de la oración eucarística, el Cardenal Sistach bendijo el aceite de los enfermos.

Comunión y bendición de los otros aceites

Los dos obispos asistentes llevaron la comunión a sus hermanos de la Catedral. Una vez recitada la post-comunión, el Cardenal Sistach bendijo el aceite de los catecúmenos y consagró el Santo Crisma junto con los concelebrantes, que extendieron su mano derecha.

El Cardenal Sistach regaló un obsequio a los sacerdotes que celebran, a lo largo del año, sus bodas de oro y de plata presbiterales. En cuanto a la boda de Oro presbiteral, los sacerdotes obsequiados fueron el P. Manuel Alonso Sánchez, P.Lluís Borrás Goixart, P.Ramon Domènech Castells, P.Nicolás Echave-Sustaeta del Villar, P.Juan José Gallego Salvadores, P .Antoni Marcet Bonet, P.Lluís María Oliveras Janer y Mn Ramon Reñé Bach.

Celebraron las bodas de Plata presbiterales Mn. Francisco Boqueras Bailina, Mn. Pere Carulla Martínez, P. Luís José Maza Subero, P. Artur Migas, Mn. Àngel Jesús Navarro Guareña, Mn. José Rodado León y Mn. Antonio Roman Luís. Finalmente las Bodas de Plata diaconales fueron para Mn. Ramon Buyreu Bello y Mn. Francisco Jiménez Martínez.

Posteriormente, ya finalizada la celebración, todos los sacerdotes salieron en procesión hasta el Claustro de la Catedral, donde los santos óleos permanecerán toda la Semana Santa para que los rectores de las parroquias puedan llenar sus crismeras. Todos los asistentes estuvieron invitados a una comida en el Seminario Conciliar de Barcelona.

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