Bendición de óleos y promesas sacerdotales, en la Misa Crismal

Los presbíteros de la Archidiócesis renuevan sus promesas sacerdotales en la Misa Crismal y aquellos que celebran las bodas de oro y plata como sacerdotes y diáconos han sido obsequiados por el Cardenal Sistach

La Catedral de Barcelona ha acogido, como cada Martes Santo, la Misa Crismal. Las ánforas que contenían los tres óleos -el de los enfermos, el de los catecúmenos y el santo Crisma- reposaban en el corazón de la Catedral, mientras los sacerdotes diocesanos iban ocupando sus lugares. La procesión de entrada daba inicio a la celebración, que ha sido presidida por el Cardenal Sistach. Los concelebrantes principales han sido el obispo auxiliar, Sebastià Taltavull, y el obispo emérito, Joan Godayol.

Una Iglesia más evangelizadora

Después de la liturgia de la palabra, el Cardenal Sistach ha pronunciado su homilía, en la que ha explicado el sentido de la celebración. «Esta Eucaristía será también una plegaria de intercesión para toda la Iglesia archidiocesana para que sea más y más evangelizadora y crezca en número y en santidad», ha dicho el Arzobispo de Barcelona. Y ha añadido: «Nuestra vocación misionera y evangelizadora debe inquietar y preocupar nuestras conciencias de pastores por el hecho de que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido y de vida».

Promesas sacerdotales

Los sacerdotes presentes han respondido, al unísono, «sí, quiero» a las preguntas de renovación de las promesas sacerdotales. Posteriormente, el pueblo fiel rogó por los sacerdotes de la archidiócesis y por el Cardenal, para que sea fiel al oficio apostólico.

Entre seis diáconos han tomado las tres ánforas de óleos y las han trasladado al altar. Después de la oración eucarística, el cardenal Sistach ha bendecido el óleo de los enfermos.

Comunión y bendición de los otros aceites

Los dos obispos asistentes han traído la comunión a sus hermanos del coro de la Catedral. Una vez recitada la post- comunión, el Cardenal Sistach ha bendecido el óleo de los catecúmenos y ha consagrado el Santo Crisma junto con los concelebrantes, que han extendido su mano derecha.

El Cardenal Sistach ha regalado un obsequio a los sacerdotes que celebran, a lo largo del año, sus bodas de oro y de plata presbiterales y a Mn. Julián Alzaga, que celebra el 25 aniversario como diácono.

Posteriormente, ya finalizada la celebración, todos los sacerdotes han salido en procesión hasta el Claustro de la Catedral, donde los santos óleos permanecerán toda la Semana Santa para que los párrocos puedan llenar sus crismeras. Todos los asistentes fueron invitados a un almuerzo en el Seminario Conciliar de Barcelona.

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