Beatificada la Madre Anna Maria Janer Anglarill
[Delegació MCS del Bisbat d’Urgell] Anna Mª Janer es nombrada beata ante 4.500 fieles, en una celebración histórica para la diócesis de Urgell presidida por Mons. Amato Mons. Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, ha leído el Decreto que concede la facultad para que la Venerable Sirvienta de Dios [...]

[Delegació MCS del Bisbat d’Urgell]
Anna Mª Janer es nombrada beata ante 4.500 fieles,
en una celebración histórica para la diócesis de Urgell presidida por Mons. Amato
Mons. Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, ha leído el Decreto que concede la facultad para que la Venerable Sirvienta de Dios Anna Maria Janer Anglarill, virgen, fundadora del Instituto de Hermanas de la Sagrada Familia pueda ser nombrada beata, poco después de las once de la mañana, en el inicio de la celebración eucarística que se ha realizado esta mañana en la Seu d’Urgell. Ha sido un momento histórico para la Diócesis de Urgell y también para Catalunya, puesto que es la primera mujer que es beatificada en tierras catalanas desde hace unos 800 años, desde 1.234.
Anna Maria Janer y su remarcable personalidad han sido glosadas previamente por el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, en su petición a Mons. Amato, en tanto que representante de Su Santidad el Papa: «La Eucaristía, el amor y la contemplación del Misterio del Corazón Traspasado de Cristo en la Cruz, y el amor filial a la Virgen María, la Madre de Dios, alimentaban a la Sierva de Dios y sostenían su fe. Una fe fundamentada en la esperanza y sostenida por su caridad heroica hacia los más pobres y abandonados, así como por la práctica de las virtudes de la virginidad consagrada, la obediencia eclesial, la pobreza evangélica y la humildad y amabilidad de corazón. Recomendaba «dulzura y caridad, siempre», ya que en todo quería amar y servir a su Señor, Jesucristo. Y manifestaba con ardor que «amaba a la Iglesia más que a su propia vida». Vivió de forma extraordinaria lo que conforma la vida ordinaria, sobresaliendo en las virtudes de la humildad y de la caridad».
Tras la lectura del decreto se ha desplegado una imagen gigantesca de la Beata a un lado del presbiterio preparado para la ocasión. Un momento lleno de emoción que ha recibido los aplausos calurosos de los presentes, unas 4.500 personas, que han peregrinado desde Argentina, Chile, México, y desde diversos puntos de la geografía española para participar en la celebración junto a una nutrida participación de fieles catalanes y casi 150 miembros vivos de la familia de Ana M. Janer.
La misa solemne se ha llevado a término en una carpa gigante de 4.000 m2, que se ha «vestido» para la ocasión, con el presbiterio situado en un escenario gigante, que ha acogido a los celebrantes, tres corales y las reliquias de la beata. La sobria decoración ha permitido seguir toda la celebración, en sus momentos más emocionantes: la presentación de las reliquias de la beata, las ofrendas, la homilía del Cardenal Amato y finalmente las palabras de agradecimiento, al final de la ceremonia, de la Superiora General de la Congregación, la Hna. Irma Beretta.
En su homilía, el Cardenal Angelo Amato ha hablado en algunos momentos catalán, para apuntar que la «hija del pueblo catalán», reunía «las virtudes propias de vuestra tierra – como la incansable capacidad de trabajo, las excelentes dotes de organización y de gobierno, la gran afabilidad con todo el mundo», que se veian reforzadas «por su gran caridad hacia Dios y hacia el prójimo». Ha añadido, sobre las virtudes de la nueva beata que «beatificando a la Madre Janer, la Iglesia ve en la nueva Beata una brújula viviente, orientada hacia Dios, que nos invita a vivir nuestra existencia cristiana en la plena confianza de la presencia divina en nosotros, en nuestra familia, en nuestra sociedad. La presencia de Dios no nos impide vivir en la alegría; al contrario, sus mandamientos son las diez palabras de amor, que Dios ha inscrito en el corazón de todo ser humano para promover el bien que da alegría y evitar el mal que trae tristeza.
Además, la Beata Anna María Janer es también una brújula que nos orienta hacia los necesitados, que aún hoy en día son tantos, porque también hoy encontramos hambrientos, sedientos, enfermos, exiliados, emigrantes, prisioneros. La Iglesia es amiga de los necesitados y sus brazos están siempre abiertos para acogerlos. La Madre Janer, hija ejemplar de la Iglesia, es un modelo glorioso, no sólo para ser contemplado, sino también para ser imitado.
La Madre Janer hoy habla sobre todo a sus Hijas espirituales, esparcidas por el mundo, en España, Andorra, Italia, Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, México, Perú y Guinea Ecuatorial. Las invita a no cansarse de contemplar el rostro de Cristo en los hermanos, sobre todo en los que sufren, en los marginados, en los pobres, en los necesitados, en los pequeños».
La Congregación, de la que había unas 200 representantes de los once países donde está presente, ha vivido con emoción la celebración, a la que han asistido numerosas personalidades del ámbito político y social de Andorra (la Subsíndica del Parlamento, la Ministra de Educación, la Alcaldesa de la capital, Andorra la Vella, entre otros, (donde Anna M. Janer impulsó diversas escuelas para niñas, que hoy se han transformado en modernos centros de formación de niños y niñas del Principado) y de Catalunya, (Presidenta del Parlamento, Vicepresidenta del Gobierno de la Generalitat, Alcalde de la Seu d’Urgell, entre otros) donde el Instituto mantiene centros educativos y asistenciales en activo en diversos lugares.
Texto íntegro de la homilía del Cardenal Amato
[Gabinet d’Informació de l’Església a Catalunya]
El sábado día 8 de octubre de 2011, a las 11 h, tendrá lugar, en La Seu d’Urgell, la Eucaristía de beatificación de la Venerable Sierva de Dios Anna Maria Janer Anglarill (1800-1885), fundadora de la Congregación del Instituto de Hermanas de la Sagrada Familia de Urgell. La Eucaristía será presidida por el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, en representación del Santo Padre Benedicto XVI, y concelebrada por el Arzobispo-Obispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, por los demás Arzobispos y Obispos de las diócesis catalanas, por el abad de Montserrat, otros prelados españoles y doscientos sacerdotes.
La Madre Janer será así la primera fundadora catalana beatificada en territorio de la Diócesis de Urgell, además de ser la primera mujer en ser beatificada en tierras catalanas desde hace muchos siglos. El día asignado para su fiesta litúrgica es el 11 de enero.
Unas 4.000 personas, procedentes de los once países donde está presente el Instituto de Hermanas de la Sagrada Familia de Urgell, llegarán a La Seu d’Urgell a lo largo del viernes 7 de octubre. A partir de las cuatro de la tarde habrá abierto un punto de acogida para los peregrinos en la sala Sant Domènec, y a las siete comenzará un «festival de acogida», pensado como una muestra representativa de los 11 países del mundo donde actualmente es presente el Instituto. A las nueve de la noche habrá una cena popular y una hora más tarde, comenzará la vigilia de oración en la Catedral de Santa María de Urgell, en la que está previsto el testimonio del Dr. Antoni Vives, que conoció personalmente a la señora Ana Padrós, la curación de la cual, inexplicable a la luz de los conocimientos médicos, ha sido reconocido como milagro para la beatificación de la Madre Janer.
El sábado 8, tras la ceremonia de beatificación, está previsto un pasacalle y audición de sardanas a la una de la tarde, y una comida de hermandad que dará paso, hacia las cinco de la tarde al espectáculo musical «Sigamos en camino». El domingo 9 de octubre habrá una Eucaristía de acción de gracias en Cervera (localidad natal de la Madre Janer), presidida por Mons. Novell, Obispo de Solsona, en el transcurso de la cual profesarán cinco novicias en la Congregación. Finalmente, el lunes 10 de octubre habrá otra celebración eucarística de acción de gracias en Talarn (donde la Madre Anna Maria Janer murió en 1885), presidida por el Arzobispo-Obispo de Urgell.