Atrio de los Gentiles: el arte es camino de transcendencia

El arte camino de la trascendencia. Esta ha sido la primera afirmación, por no decir interrogante, que el Atrio de los Gentiles ha presentado en Barcelona, ​​en el marco incomparable de las salas del románico del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Disponerse a escuchar a creyentes y no creyentes, en diálogo armonioso, sobre [...]

El arte camino de la trascendencia. Esta ha sido la primera afirmación, por no decir interrogante, que el Atrio de los Gentiles ha presentado en Barcelona, ​​en el marco incomparable de las salas del románico del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

Disponerse a escuchar a creyentes y no creyentes, en diálogo armonioso, sobre el arte, alma de la cultura, camino de trascendencia, y hacerlo bajo el pantocrátor de Taüll, era ya una antesala de la respuesta: el artesí es camino hacia lo trascendente.Nadie, creyente o no, dudaba del efecto elevador del arte en el corazón y el alma del hombre, también en el contemporáneo, también en el post moderno, también en el hombre 2.0conectado al mundo virtual y a menudo ausente de la belleza y de la armonía, apresurado en la inmediatez de los hechos y del ahora y aquí, sin espacio – no ya virtual sino real – para enaltecer el espíritu.Entrar pausadamente en las salas del románico del MNAC hasta encontrarse con el claustro de Sant Climent de Taüll, donde se celebraba esta primera jornada del Atrio de los Gentiles, fue no ya una experiencia iniciática sino rehacer el camino de nuestros antepasados.Hablar del arte como camino de lo trascendente bajo el pantocrátor fue rehacer la intuición catequética de los habitantes de los valles pirenaicos que descubrieron como en el arte, en sus pinturas murales, podían expresar el deseo del más allá.

El Cardenal Jean Franco Ravasi, alma del proyecto desde el Pontificio Consejo para la Cultura, expresó claramente el interrogante diciendo que «el verdadero arte es como una herida, genera inquietud, no deja indemne, indiferente», y desgranó una retahílade citas, desde Juan Pablo II hasta Benedicto XVI, haciendo presente a Rilke – «si el arte atormenta, también la fe verdadera turba» – y a Virginia Wolf, que veía en la belleza la capacidad de rasgar el corazón en dos mitades.Por su parte, el consejero de cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, hizo referencia a la gran tradición cultural de nuestro país, citando a Antoni Gaudí, Antoni Tàpies, Ramon Llull, Ausiàs March, Carles Riba y Salvador Espriu, y calificó elrománico de «buen ejemplo de cruce entre construcción de identidad, arte y religión».

El Dr..Armand Puig, decano de la Facultad Teología de Cataluña, ejerció de anfitrión presentador con pinceladas claras, precisas y vibrantes, que hicieron de puente entre cada uno de los ponentes, al tiempo que la portentosa voz de Lidia Pujol – que a menudo parecía mirar extasiada el pantocrátor-, acompañada al clave por el músico Dani Espada, fueron hitos, también, en este camino donde el arte -en este caso musical- se convirtió en puente hacia lo trascendente.

Asistieron el Cardenal Arzobispo de Barcelona, ​​Lluís Martínez Sistach; el obispo auxiliar Mons.Sebastià Taltavull; el político y abogado Miquel Roca, presidente de la junta del MNAC; Oriol Pujol, secretario general de CDC; Gloria Renom, diputada en el Parlamento; Xavier Puigdollers, director de Asuntos Religiosos de la Generalitat; e Ignasi Garcia Clavel, responsablede Asuntos Religiosos del Ayuntamiento.

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