Al firmar a favor de la Iglesia, ¿qué se destina exactamente?
La cantidad que destinan los contribuyentes supone un 25% de los recursos de la Iglesia Cuando se hace la declaración de la renta, si se decide firmar la casilla a favor de la Iglesia, pueden surgir preguntas como, qué cantidad supone marcar en ella la cruz? O, de qué manera influye en los recursos de [...]

La cantidad que destinan los contribuyentes supone un 25% de los recursos de la Iglesia
Cuando se hace la declaración de la renta, si se decide firmar la casilla a favor de la Iglesia, pueden surgir preguntas como, qué cantidad supone marcar en ella la cruz? O, de qué manera influye en los recursos de la comunidad eclesial? Desde el 1 de enero de 2007, cuando se puso en vigor el actual sistema económico, la Iglesia recibe únicamente el que resulta de la asignación voluntaria de los fieles.
Actual sistema económico
A partir de la implantación del actual sistema económico, la Iglesia dejó de recibir una dotación directa del Estado y el coeficiente se incrementó al 0,7%, con lo que pasó a recibir sólo la asignación voluntaria los contribuyentes, concretamente el 0,7% de los impuestos que envían al Estado.
Por otra parte, la institución eclesial renunció a la exención del IVA vigente en algunas operaciones, lo que ha supuesto un gasto añadido desde la implantación del nuevo sistema de unos 30 millones de euros.
Fuentes de financiación
La cantidad que obtiene la Iglesia de los contribuyentes que manifiesten el deseo de que este porcentaje de sus impuestos se destine a la institución eclesial cubre el 25% de su presupuesto. Además de este cantidad que se recibe de los contribuyentes, destacan otro fuentes de financiación.
La fuente principal surge gracias a las aportaciones directas que hacen los fieles durante el año, a partir de colectas, donaciones, legados, herencias, … las cuales en el conjunto de España representan el 50% de los recursos económicos de la Iglesia. Por otra parte, el rendimiento del patrimonio eclesiástico, en constante conservación y rehabilitación, supone un 5%. El 20% restante del presupuesto de la Iglesia proviene de otras fuentes, como los ingresos por la realización de algunas actividades económicas y las subvenciones a través de convocatorias públicas, entre otros.