Cáritas Diocesana de Barcelona organiza una flashmob silenciosa con máscaras y casitas de cartón por el Día internacional de las personas sin hogar

Con motivo del Día internacional de las personas sin hogar, que tiene lugar el 30 de noviembre, Caritas Diocesana de Barcelona organizó una Flashmob silenciosa integrada en la Campaña «Nadie sin Hogar». Este programa reivindica los derechos de las cerca de 3.000 personas en Barcelona y 30.000 en toda España que, según datos de marzo de 2013, sufren la problemática.
Mascaras y casetas de cartón
Varios miembros de las treinta y tres entidades de la Xarxa d’Atenció a persones sense llar (XAPSLL), entre otros, informados a través de las redes sociales, se unieron a la llamada que tubo lugar en la Plaza Sant Jaume. A las doce del mediodía, comenzó este acto con un repicar de campanas y un largo silencio de cinco minutos con pancartas de denuncia.
Los participantes llevaban una casa de cartón hecha a mano para señalar la vivienda digna que todos merece y una máscara, para hacer presentes todos aquellos que se ven obligados a dormir en las calles. «El uso de la máscara – explica Teresa Bermúdez, la responsable del programa ‘Nadie Sin Hogar’- «es el simbolismo de la invisibilidad que sufren estas personas». Según explica, la flash mob va integrada en un conjunto de actividades destinadas a «conocer la problemática y qué acciones se realizan para mejorar la situación». «Se pretende hacer un llamamiento a las administraciones, los medios de comunicación ya la sociedad misma sobre la realidad que sufren sin techo», añade.
En 2015 «Nadie sin hogar»
Después del silencio, las casas de cartón se situaron en un 2015 de cartón, como símbolo de que en este próximo año nadie duerma en la calle, y todo el mundo cuente con una vivienda digna. Como explicó Bermúdez antes de empezar, «a pesar de ser un propósito que seguramente no será posible, no se dejará de intentar y luchar para que algún día sea un hecho».
Con todas las casas de cartón alrededor de 2015, algunos de los participantes y miembros de Cáritas leyeron el Manifiesto de las personas sin hogar, que intenta que el receptor sienta y se haga una idea de que se sufre cuando se vive en la calle.